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21 mayo, 2011

EL CORONEL EN SU LABERINTO

El respetable coronel trujillano de la PNP Elidio Espinoza quien ahora trabaja en un despacho de la División Policial de Chimbote cumpliendo con sus labores administrativas, no puede dejar de estar al tanto de lo que sucede en las convulsionadas calles del puerto de Trujillo en donde se hizo querer, y cuya población se levantó y salió a las calles a reclamar cuando se le inicio un serie de procesos judiciales luego de ser sindicado como el líder de un presunto escuadrón de la muerte, dedicado a ejecutar a los inescrupulosos hampones.

El ministerio público aunque ustedes no lo crean ha pedio nada más y nada menos que cadena perpetua para él y otros nueve policías que solo cumplían con su deber, pero en las calles de Trujillo y Chimbote, donde la extorsión y los “ajustes de cuentas” son el pan década día, este oficial es considerado un héroe. Pero claro para algunos que los ven como un personaje que debería  estar tras las rejas por haber hecho “justicia por sus propias manos”.
Los comerciantes, choferes de taxis y combis y pueblo en general del distrito del Porvenir, piden que Elidio vuelva ala capital liberteña para seguir frenando la delincuencia y poner en jaque a los extorsionadores que asaltan y hacen lo que se les da la gana, sin embargo el proceso se lo impide.
Cuando un repugnante delincuente mata a un valeroso policía, éste es llevado a un juicio en donde los jueces por algún motivo lo sentencia a  lo mucho a menos de una década de prisión, aunque la verdad sale en menor tiempo, así es la justicia. Pero cuando un policía hiere de muerte en defensa propia y en cumplimiento de su deber a un delincuente, este se ve en un laberinto de procesos, que en muchas veces se ven en situaciones de retiro, al pago de indemnizaciones y a penas mayores de la libertad.

¿Qué clase de leyes son las que indican que un policía no deba matar a un delincuente por defensa propia?, de existir esas leyes pues sinceramente es una estupidez, y urgentemente se deben cambiar. Ya tuviéramos a cientos de coroneles y demás policías en sus respectivos grados en todo el país como el coronel elidió Espinoza, que por poco acaba con las extorsiones en La Libertad si no fuese por las acusaciones de jueces quizá motivados por dinero sucio o chantajes interpuestos por otros delincuentes de los que el Perú está cansado de tener como huéspedes.


Por: Daniel Vallejos