La competencia feroz entre los medios de comunicación, nos hace recordar, que alguna vez un periodista le advirtió a otro;” lo siento colega, tu muerte es mi supervivencia”.
Los jóvenes de hoy necesitan el periódico para vivir: obtienen información que necesitan de la Web. Si los medios de comunicación tradicionales no son imprescindibles, tal como esta planteado, ¿somos imprescindibles los periodistas?, en estos momentos la información es infinita, los hechos refuerzan estas apreciaciones.
En Europa hay una experiencia novedosa desde hace 5 años: la de los periódicos gratuitos, son mas ligeros que los tradicionales, que en un 80% o el 90% de los casos están hechos con noticias de agencias, muy cortas.
Los medios escritos quieren gastar menos papel y los formatos de prensa son distintos. La explosión de información en medios alternativos, el recorte de los diarios, el cambio de las preferencia de os lectores por asuntos tecnológicos y generacionales; todo eso simultáneamente hace mas incierta la situación del profesional.
De alguna manera a conducido al nacimiento de un modelo empresarial alternativo mediante lo cual los empresarios de medios buscan como sobrevivir en la difícil coyuntura, eso explica la irrupción de las promociones que después de las ventas y la publicidad, se han convertido en la tercera fuente de ingresos de los medios impresos.
¿Qué podemos hacer frente a esta realidad adversa para el periodismo? En el caso del periodismo económico, eso significa que no vale solo tener el dato del desempleo o el crecimiento del producto interno bruto, si el periodista orienta sobre las cosas que suceden, si explica cuales sino las anécdotas y cuales las categorías importantes de la información, habremos avanzado en este importante frente del oficio, en medio de esta incertidumbre podemos hallar un certeza: el mejor periodismo se surte de contextualización y análisis.
Un buen periodista económico es aquel con formación económica y con la capacidad de escribir sobre temas económicos mucho mejor que un economista raso, logrando de esta manera comunicarse con el público.
Por: Shirley Díaz Mogollón